lunes, 23 de marzo de 2020

¿Cómo fijar la luna en cada puerta? o pensando cómo evaluar lo vivido

El 17 de marzo celebramos los cien años del nacimiento de Olga Orozco vía online porque fué el segundo día de aislamiento por orden del Poder Ejecutivo. Un virus desencadenó una pandemia y quedarse en la casa es uno de los mayores gestos de amor y de cuidado que se puede manifestar por estos días.
Hay extrañeza. Las plazas de todo el país están vacías. Imposible escaparle a la nostalgia. Los recuerdos de lo vivido adquieren otro valor y entonces seguimos proyectando, pensando, compartiendo lecturas, llenando de poesía cada rincón del planeta.
La evaluación de lo vivido en la última Biblioplaza fue muy especial. Tuvo un caos necesario que pasó del desencuentro a choripaneadas y lecturas iluminadas por linternas en la costa del río. El caos temporal y espacial cuenta también de un relevamiento evaluativo en talleres que fueron girando por las escuelas participantes. 
Me gustaron los susurradores porque pude susurrarle a la Seño Luciana y también me gustó todo”, escribió un niño de 2do grado de una de las escuelas participantes.
Otro niño, de 3er grado,  opinó acerca de lo que más le había gustado “los cuentos en la Carpa y las cuentacuentos”. “Me gustaría que el año que viene haya muchos cuentos clásicos y se puedan actuar (imitar) eso me gustaría encontrar” , propuso para próximas Biblioplazas una niña de 5to grado.

También hubo muchos dibujos de cómo podríamos distribuir los libros entre hamacas y toboganes, qué juegos de imaginario en torno a los cuentos sería lindo pensar. Las docentes también aportaron nuevas ideas con entusiasmo.



Algunas imágenes de esas letras hermosas.
















En "Mutaciones de la realidad" Olga Orozco escribió en el año 1979:

"Pero es sólo un deseo sedentario, como fijar la luna en cada puerta;
nada más que un intento de hacer retroceder esas vagas fronteras que cambian de lugar
-¿hacia dónde? ¿hacia cuándo?-
o emigran para siempre aspiradas de pronto por la fuga de la revelación impenetrable.

Sé que de todos modos la realidad es errante,
tan sospechosa y tan ambigua como mi propia anatomía."

De ese fragmento se construyó el título de esta entrada, colocando los signos de pregunta porque Olga, como dice Romilda Oliveira, "encierra todo aquello inexplicable"


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