martes, 9 de julio de 2019

Las formas de la resistencia




El viernes 28 de junio el grupo organizador de la Biblioplaza se reunió en torno a un nuevo espacio de Encuentro-Taller coordinado esta vez por dos bibliotecarias. En los días previos se hizo circular una convocatoria por whatsapp que pone de manifiesto una nueva forma de pensar, de acercar y disponer la propuesta.


Muchas personas respondieron y ofrecieron su presencia en propuestas de talleres, para el desempeño de tareas, para musicalizar momentos, expresando su interés en ir acompañando, estando atentxs a la información que vaya surgiendo y sumándose a los encuentros talleres. Así lo hicieron dos personas que pudieron disfrutar de ser parte de una nueva instancia muy especial.
Se dispuso un espacio amplio intervenido con libros, atrapadores de sueños y una consigna dada por dos bibliotecarias. Consigna que  ellas habían compartido en un espacio de formación.
Un nuevo círculo, una ronda para presentarse y para que cada persona cuente qué hace con los libros.  
Después caminar y contemplar en silencio, dialogando solo con lo visible.

Elegir una palabra, una oración, atesorarla para decir con el cuerpo a una compañera. Sumar a una tercera compañera para, en cierta forma, componer una serie de movimientos hilvanados. 
Inaugurar un telón (¿hay o no hay un telón?) que se abre para que cada grupo muestre su secreto. Luego incorporar onomatopeyas, algunos sonidos, volver al escenario, abrir el telón y volver a poner el cuerpo. Se invitó a descifrar lo que se vió. Un sentido que abrió la posibilidad a la multiplicidad de sentidos, expresados o no.


Luego se abrió el espacio para comentar, coordinar, acordar, pensar. Siempre imaginando. Sentipensando. Todo por ir al encuentro de la palabra que dice o quiere decir la persona que habla y mira, que habla y también da lugar al silencio. Porque hay un silencio que tiene lugar, que se construye a consciencia, un silencio vital.
En las palabras de apertura de la Jornada CEDILIJ en el año 2018 Mariano Medina dijo:

"Rescatamos la raíz indoeuropea a la que está asociado el término: SEi (dejar caer, tirar), también presente en la palabra semilla. Una semilla hace silencio, resguarda vida en espera del tiempo benéfico para su movimiento. Se trata de una abstención momentánea.
También podríamos asegurar que el silencio es el inicio o el fin de algo. O mejor todavía: ambas cosas.
Nicolás Fontaine sostiene que la palabra SILENCIO tiene en sí misma un sentido de relato, porque supone algo que no está, pero en algún momento estuvo o puede volver a estar. Es decir que la palabra contiene también el sentido del paso del tiempo."

El invierno trae silencio, murmullos, reposo, cuidados, preguntas. La fuerza está en las raíces, es tiempo de podar, de dar forma quizá.
Y es en esta pausa que el grupo se prepara para un próximo Encuentro- Taller en otro espacio que abre otras temáticas y posibilidades de intercambio.   




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